• Este proyecto pionero quiere “tasar” la riqueza marina para que  administraciones y ciudadanía sean conscientes de lo que supondría perderla
  • El Projecte Xàbia cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad, adscrita al Ministerio para la Transición Ecológica

La Fundación Oceanogràfic ha presentado hoy en el Ayuntamiento de Xàbia los primeros resultados del proyecto sobre la aproximación al conocimiento, interpretación y conservación de la biodiversidad de los fondos marinos que está realizando en la costa del municipio.

Además, ha avanzado las principales acciones que preparan para que la ciudadanía sea conocedora de la riqueza que esconden y con ello tomen conciencia de la importancia de su preservación.

La directora gerente de la Fundación Oceanogràfic, Leocadia G. Bartual, y el director del proyecto, Francisco Torner, han presentado al alcalde, José Chulvi, y a responsables de varios departamentos municipales al equipo técnico que está detrás de este programa pionero que quiere medir el valor de la biodiversidad marina de Xàbia y su afección directa en la actividad socioeconómica.

fundacion oceanografic en xàbia
Foto: Ajuntament de Xàbia

Según han explicado desde la Fundación Oceanogràfic, la elección de Xàbia como epicentro de este estudio no es aleatoria, sino que está motivada en que (junto a les Illes Columbretes) es el punto con mayor biodiversidad de la costa valenciana, es un “punto caliente” en tanto que tiene mucha presión a nivel turístico y sobre todo porque el Ayuntamiento ha mostrado su predisposición a apostar por un turismo sostenible y con ello, a que la conservación del patrimonio natural sea vinculante a la hora de tomar decisiones.

El proyecto (que abarca desde el Cap de Sant Antoni hasta la punta de Moraria) tiene una vertiente científica tanto a nivel ecológico – se han realizado tres campañas de inmersiones para tomar muestras por ejemplo de la posidonia y ver el impacto que deja la actividad náutica en verano- y socioeconómica, ya que a través de algoritmos se va a “tasar” esa biodiversidad y cuantificar qué supondría su pérdida, tanto para el bienestar de las personas como para los servicios básicos.

Otra fase es educativa y pretende transmitir los resultados a los agentes sociales e implicarles en la conservación y control de la diversidad marina. Para este reto se preparan acciones como exposiciones, documentales o coloquios en los colegios.