Cada año se abandona en los océanos unas 600.000 toneladas de redes de pesca según la ONU.

 

El proyecto “Redes fantasmas. Misión Eurídice” busca retirar las redes que están acabando con parte de la vida marina en el Golfo de Cefalù (Sicilia).

 

La Fundación Oceanogràfic dará su apoyo a un singular proyecto que pretende retirar las redes de pesca en el Golfo de Cefalù (Sicilia), que por distintos motivos son abandonadas o perdidas accidentalmente, con lo que se convierten en una amenaza constante para los ecosistemas marinos, y estudiar posteriormente el daño antrópico que provocan en los fondos marinos. Son conocidas como redes fantasmas por el daño invisible que ocasionan.

El proyecto “Redes Fantasmas. Misión Eurídice” está impulsado por Andrea Spinelli, que forma parte del equipo de Océanos del Oceanogràfic, y su hermano, Marco, creador de vídeos en Radio Deejay de Milán y comenzará el próximo mes de junio con la colaboración de Cressi Sub, Ogyre y de la Guardia Costera de Cefalú.

El exterminio de los fondos marinos

Según los informes anuales del Programa de la ONU para el Medio Ambiente, (PNUMA), se abandonan en los océanos cada año 600.000 toneladas de redes de pesca, que están ocasionando una creciente desertificación de los ecosistemas.

En el Mediterráneo, las redes fantasmas cubren áreas cada vez más grandes de paredes y fondos de rocas en las que causan una destrucción gradual de todas las formas de vida, especialmente corales y peces.

Las redes de pesca utilizadas por la comunidad de pescadores están compuestas en gran parte de plástico. El PNUMA y la FAO han establecido que las redes de pesca abandonadas en los mares de todo el mundo representan aproximadamente el 10% de los residuos plásticos presentes en los océanos.

Estudios recientes (2017 – 2018) sugieren que las redes fantasmas pueden representar aproximadamente el 46% de todos los microplásticos presentes en los océanos. Desde el 2009 la FAO está investigando el fenómeno y estudiando posibles soluciones.

Las redes no siempre se abandonan intencionadamente, sino que se pierden accidentalmente. Con el tiempo son colonizadas por microorganismos, acaban yendo al fondo y sofocando toda la clase de vida.

Es importante entender que en este problema los pescadores no son «los malos», al contrario, las redes fantasmas se convierten en sus principales enemigos: una competencia de pesca y contaminación invisible.

Retirada de redes y estudio medioambiental

La remoción de las redes será llevada a cabo por cuatro buceadores profesionales y científicos mediante el uso de globos elevadores.

Para la evaluación del impacto ambiental, causado por las redes de pesca abandonadas en el área de estudio, se utilizarán las gorgonias (Anthozoa) como bioindicadores, frecuentemente utilizadas en los programas de monitoreo ambiental por su considerable sensibilidad ambiental. Para valorar el impacto negativo, los datos serán comparados con el estudio realizado en paralelo en una zona cercana donde no hay redes fantasmas y se encuentra en buen estado.

También se investigará la situación de la población de peces y de la población local de nudibranquios (moluscos gasterópodos sin concha) a través de inmersiones de censos visual.

Documentación audiovisual y científica

El proyecto incluye la realización de una película documental con los trabajos de dentro y fuera del agua, desde las primeras etapas hasta la remoción de las redes y el estudio ambiental. Parte del video será caracterizado de las metodologías de estudio que el equipo científico adoptará durante la misión para el estudio y la remoción de las redes. Con la producción y la difusión del documental se espera aumentar el conocimiento de este grave problema «global». El principal cambio que quieren obtener con este proyecto es la repoblación de la zona de parte de la biocenosis marina.

Los resultados científicos del estudio ambiental se publicarán en una o más revistas científicas internacionales.

En el proyecto colaborarán Dyana Vitale, Doctora en biología y ecóloga marina de la Universidad de Valencia, Sergio de Matteo, biólogo marino especialista en ecología de la fauna ictica y Carlos Taurá, responsable de las actividades acuáticas de buceo del departamento de Biología en el Oceanogràfic de Valencia.