• La organización genera un fondo privado europeo para el rescate de cetáceos varados

 

  • Además, anuncia que en verano estará lista una herramienta pionera de evaluación del bienestar de los delfines que permitirá conocer con mayor precisión el estado de los animales con parámetros objetivos y medibles

 

  • Guillermo Sánchez, Presidente de la EAAM: “Somos expertos en el cuidado y generamos conocimiento relevante para la conservación en mamíferos marinos, lo que nos convierte en actores relevantes en la preservación de la vida silvestre”

 

  • Daniel García, director Científico en el Oceanogràfic: “Nuestros centros son verdaderos nodos que ponen en contacto piezas clave en el ámbito de la conservación de las especies”

 

Hoy concluye en el Oceanogràfic el encuentro europeo que reúne a la élite de centros zoológicos que disponen de programas punteros de investigación, conservación y divulgación relacionados con delfines, belugas, leones marinos, manatíes y otros mamíferos marinos. El centenar de expertos internacionales asistentes al 50 Simposio Anual de la Asociación Europea de Mamíferos Acuáticos (EAAM, en sus siglas en inglés) ha enfatizado su compromiso de ocupar un papel aún más decisivo en la preservación de la vida marina silvestre, cada vez más amenazada.

 

 

Consecuencia de ello, han acordado poner a todos sus profesionales a disposición y crear un fondo de emergencia privado, dotado inicialmente con 10.000 euros, para ayudar a centros y equipos con menos recursos a afrontar urgencias relacionadas con estos animales en cualquier parte del mundo. Es la primera vez que se llega a un acuerdo parecido en toda Europa.

Durante tres jornadas, primeras espadas de la investigación han compartido resultados científicos en el auditorio Mar Rojo del Oceanogràfic, ubicado en la Ciutat de les Arts i les Ciències, que difícilmente se podrían haber generado sin la participación de animales entrenados y sin las condiciones controladas que ofrecen los acuarios. “Somos expertos en el cuidado y generamos conocimiento relevante para la conservación en mamíferos marinos no solo en entornos controlados sino también en el medio natural, lo que nos convierte en actores relevantes en la preservación de la vida silvestre”, explica Guillermo Sánchez, presidente de la Asociación Europea de Mamíferos Acuáticos y coorganizador del evento.

Además, científicos del comité de expertos en bienestar animal de la EAAM han anunciado que en verano tendrán lista una herramienta pionera para la evaluación del bienestar de los delfines. Conocer el estado de éstos y muchos otros animales con parámetros objetivos y medibles es fundamental para todas las instituciones que mantienen mamíferos marinos a su cargo, algo que va en la línea de la nueva Ley de Bienestar Animal que se está tramitando. Este instrumento sólo ha podido desarrollarse gracias a los estudios científicos, la experiencia y la ingente cantidad de datos de la monitorización de estos animales por parte de esta comunidad científica para garantizar su bienestar.

 

 

Un claro ejemplo de la ciencia generada en centros zoológicos con aplicación directa en conservación es el paper publicado este mismo mes por varios miembros de esta comunidad que han diseñado un nuevo método no invasivo y más preciso para determinar la edad de los delfines. Una simple radiografía de su aleta pectoral con un aparato portátil sustituye el tradicional método que exige la extracción de uno de sus dientes para hacer cortes del tejido. Esta información es crucial, por ejemplo, en cronopatología para conocer las causas de muerte en los diferentes estratos de la población cuando llegan cadáveres de cetáceos a la costa. También, en el caso de varamientos vivos, conocer los años que tiene un espécimen joven determina conocer si todavía es lactante y por tanto si necesita que le alimenten con leche o bien ya solo con pescado. Un correcto y rápido diagnóstico permite salvarle la vida.

 

Hub de conservación

“En nuestros centros no solo nos limitamos a crear ciencia puntera, también ejercemos de verdaderos hub que ponen en contacto a las piezas clave en conservación; prueba de ello son los recientes encuentros internacionales que hemos acogido en relación con la translocación/reintroducción de fauna silvestre y la preservación de tiburones. Es importante aprender los unos de los otros y trabajar juntos”, enfatiza Daniel García, director de operaciones zoológicas del Oceanogràfic, director científico de la Fundación Oceanogràfic y coorganizador del evento. Estos centros juegan muchas veces un rol de intermediación con administraciones, financiadores, científicos, ONGs conservacionistas y también, con la sociedad.

“Uno de los aspectos más cruciales es que tenemos la oportunidad y con ello la responsabilidad de conectar a las personas que vienen a vernos con la naturaleza, con los animales, con los océanos. Vivimos en una sociedad cada vez más desconectada  de la naturaleza y es vital utilizar este tipo de centros como fuente de sensibilización. Les explicamos que están amenazados, que es vital protegerlos y sobre todo como cada uno de nosotros puede contribuir a llevar una forma de vida más sostenible que redunde en la conservación de los océanos y del planeta”, puntualiza García. Algo que parece necesario dado que el último informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) señala directamente a los humanos como los responsables de la degradación sin precedentes de las especies y ecosistemas marinos, de los mamíferos a los corales.

“Nadie protegerá lo que no le importa, y a nadie le importa lo que nunca ha experimentado; mostrándoles la realidad de la naturaleza quizás podamos tener a muchas personas haciendo algo, lo que es incluso mejor que pocas personas haciendo todo”, recordaba durante su ponencia la productora de documentales de la BBC y conservacionista de la Plastic Oceans International, Jo Ruxton.

“Estamos ante una gran oportunidad para reforzar los esfuerzos en conservación de los centros con animales bajo cuidado humano; también, para contarle a la gran cantidad de personas que vienen a vernos que estamos todos aquí para salvar especies, que amamos los animales, y para convencerles de que se unan en los esfuerzos para proteger el planeta”, enfatiza Alejandro Grajal,  CEO del  Zoo de Seattle (EE.UU).

 

 

Centinelas del mar

Cuando en la mañana del 4 de marzo la Guardia Civil de Valencia fue alertada de la presencia de una ballena de 17 metros desorientada a unos dos kilómetros de la costa levantina, lo primero que hizo fue avisar al equipo de rescate de la Fundación Oceanogràfic. Cada vez que hay un avistamiento de cetáceos o tortugas con dificultades, los veterinarios y biólogos del equipo que dirige José Luís Crespo, veterinario responsable de Conservación de la Fundación, acuden para ayudar en los varamientos, determinan su causa, saber el estado de salud de los animales, realizar necropsias… Son los centinelas del mar, capaces de detectar con antelación la aparición o evolución de enfermedades en el medio natural.

Este caso de éxito está comenzando a reproducirse en otros lugares como en Francia: sus administraciones están empezando a apoyarse en el conocimiento y personal de los acuarios para saber cómo atender y proteger a los animales que llegan vivos a las costas. “Para que la conservación sea eficaz hay que salir de los muros del acuario y ver qué está pasando, obtener datos objetivos, marcarse metas claras y realizar acciones innovadoras cuyo impacto se pueda medir”, apunta Ignacio Jimenez, miembro del Grupo de Translocación para la Conservación de la UICN.

Opinión que comparte otro de los ponentes, Andreas Fahlman, investigador en fisiología de la respiración, metabolismo y el buceo de mamíferos marinos: “todo el conocimiento que estamos generando en los centros zoológicos debe transferirse y aplicarse a la conservación en el medio natural para poder ayudar a las poblaciones silvestres”.

Jiménez añadía otro aspecto importante: “los centros con mamíferos marinos tienen una gran capacidad de generar fondos a partir de las visitas con los que financiar sus programas de conservación dentro y fuera de sus instalaciones; esto no solo beneficia a animales emblemáticos como los mamíferos marinos sino también a la conservación de sus hábitats y a otras especies que ni siquiera la gente conoce pero cuyo papel en el ecosistema global es importante”.

“Abordamos el reto de fomentar la preservación de la biodiversidad con ilusión y fuerzas renovadas, con la ambición de servir de inspiración y guía para otros; por ello, esperamos que el equipo como el fondo de rescate para mamíferos marinos que hemos creado incentive a que otras organizaciones y administraciones públicas contribuyan. Porque la conservación debe ser entendida como una responsabilidad de todos”, concluye Guillermo Sánchez, presidente de la Asociación Europea de Mamíferos Acuáticos.