El proceso de naturalización de los lagos del Oceanogràfic se ha realizado en varias fases desde 2003 hasta convertirse en una pequeña “Albufera”

 

El “Lago Vivo” del Oceanogràfic de València, la extensión de agua dulce que ocupa gran parte de la superficie del acuario, está llegando a la fase final de su proceso de naturalización.

Los visitantes que paseen por los exteriores del centro podrán ver cómo los característicos lagos han sufrido una transformación desde la apertura del Oceanogràfic en 2003. Esta modificación ha consistido en un proceso natural libre de cloro que ha hecho proliferar las algas, los insectos y las ranas hasta convertir la laguna artificial en una pequeña “Albufera” en la que encontrar una amplia variedad de aves acuáticas y a la que muchas especies salvajes visitan a lo largo del año procedentes del Parque Natural de la Albufera y del antiguo cauce del Río Turia.

 

2015 – 2016. Fase de recreación del ecosistema

El proceso de naturalización de los lagos se ha llevado a cabo en varias fases. Durante los primeros años de vida del Oceanogràfic, la laguna contaba con un sistema de tratamiento de agua que se modificó en 2015 con la llegada de Avanqua, la gestora actual del acuario. Un cambio que supuso la eliminación del cloro del agua y que provocó que proliferasen las algas macro y microscópicas en todo el lago. La presencia de las algas supuso la aparición de los primeros invertebrados acuáticos y, tras ellos, llegaron los mosquitos, las libélulas y, finalmente, las ranas, que encontraron sobre las algas el hábitat perfecto en el que vivir.

Durante este proceso empezaron a llegar las primeras aves migratorias que hallaron en el “Lago Vivo” insectos de los que alimentarse, como el caso del avión roquero (Ptyonoprogne rupestris), una pequeña ave de la familia de las golondrinas que nidifica en cantiles rocosos de las montañas valencianas y en invierno se acerca a zonas litorales para alimentarse de diferentes especies de insectos.

 

2016-2019. Introducción de la vegetación

Durante los tres años siguientes se produce un equilibrio dinámico entre las especies depredadoras y sus presas y es en esta fase cuando se introducen las primeras plantas autóctonas como la caña judía (Arundo micrantha), la cola de zorro (Ceratophyllum demersum) o el nenúfar blanco (Nymphaea alba), por el que asoman sus pequeñas cabezas algunas de las tortugas de agua dulce que también habitan en el lago.

Es en esta etapa en la que el proceso de naturalización del lago muestra su transformación más visible, cambiando el color azul del agua por el verde natural. Durante esta fase, además, se observa una mayor presencia de aves silvestres procedentes de diferentes lugares, como el caso del cormorán grande (Phalacrocorax carbo) y del pequeño verdecillo (Serinus serinus).

 

2020. Conservación y reintroducción de animales

Desde hace dos años el lago ya muestra un proceso de naturalización cercano al 100% y estas condiciones hicieron posible llevar a cabo varios programas de conservación y reintroducción al “Lago Vivo” de animales amenazados, dentro de los acuerdos de colaboración con la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica de la Generalitat Valenciana.

Entre los proyectos de conservación destaca la reintroducción del samaruc (Valencia hispanica) a la pequeña albufera. Una especie característica de la Comunitat Valenciana que se encuentra en peligro de extinción y a la que la Generalitat Valenciana ha destinado grandes esfuerzos.

La cerceta pardilla, la focha cornuda, los gallipatos o el galápago europeo son otras de las especies que habitan en la laguna natural del acuario y que forman parte de la colaboración entre la Fundación Oceanogràfic y la Conselleria.

Este proceso de naturalización ha hecho posible que el “Lago Vivo” del acuario reúna todas las garantías para alojar especies amenazadas y emblemáticas y, además, se convierta en el lugar de paso y de cría de centenares de aves.