La Fundación Oceanogràfic advierte sobre la contaminación del mar por la Noche de San Juan

 

  • Arrojar botellas, plásticos, maderas a la orilla constituye un grave riesgo para la fauna y floral marinas
  • “Lo que para nosotros es una noche de fiesta, para el mar es toda una vida de contaminación”

 

La Fundación Oceanogràfic quiere advertir de los perjuicios y daños que pueden suponer para el mar y los animales que lo habitan las basuras, que, a lo largo de la Noche de San Juan, se acumulan en las playas a lo largo del litoral valenciano, pese a la limpieza que disponen los respectivos ayuntamientos inmediatamente después de la fiesta nocturna.

Los restos de la celebración en el litoral suman una acumulación de objetos y restos que contaminan las aguas y suponen un grave peligro para la fauna acuática, como reseña la investigadora Chelo Rubio de la Fundación Oceanográfic del Oceanogràfic de Valencia, gestionado por Global Omnium a través de Avanqua.

Una noche de fiesta, años contaminando

“Lo que para mucha gente es una noche de fiesta, en la que se consume de todo y se deja en la arena a la espera de que lleguen los servicios de limpieza, para el mar se convierte en una contaminación que dura muchos años, perniciosa para los animales. Por ejemplo, las tortugas que engullen de todo lo que flota en el mar y confunden los plásticos, por ejemplo, con peces, lo cual se convierte en una confusión letal. Y si no se producen los daños inmediatamente luego podemos encontrar con los años muchos de estos animales con restos de plásticos en su estómago”.

Además, la doctora Rubio advierte que el daño no sólo se produce en determinados animales marinos como tortugas o delfines sino, lo que es más global aún, en la contaminación general de las aguas, con el efecto pernicioso que supone para la subsistencia de la fauna y la flora.

“La contaminación en los océanos está creciendo cada año y no sólo con los plásticos y la generación de microplásticos. Es todo lo que arrojamos al mar. La gente tiene que tener en cuenta que al igual que nosotros estamos concienciados de la contaminación del aire, que nos afecta directamente, para los peces el agua es su “aire” y si está contaminado sufren todo tipo de daños, dejan de respirar y mueren en masa”.

El Mediterráneo engulle las basuras

En el Mediterráneo no se notan las mareas, que son originadas por la atracción gravitatoria del Sol y la Luna sobre las grandes masas abiertas de agua, y las enormes ondas estacionarias generadas son luego influenciadas notablemente por el relieve costero de los grandes océanos. No es el caso del Mare Nostrum, que es un mar prácticamente cerrado, abierto únicamente al Atlántico a través del Estrecho de Gibraltar. Por eso no le afectan esas grandes ondas mareales.

“No obstante, -afirma el asesor científico del Oceanogràfic, Manuel Toharia- precisamente por ser un mar casi cerrado sí se producen subidas y bajadas de nivel a veces de cuantía apreciable por efecto de acumulaciones de agua cuando en una parte del mar sopla un viento constante durante mucho tiempo, llevando el agua hacia el otro lado. También se producen estos efectos –popularmente conocidos como rissagas– cuando hay altas presiones en una zona del mar y bajas presiones en la otra”.

Estos fenómenos de rissaga y el oleaje, sumado a las corrientes marinas paralelas a la costa, acaban por engullir los restos orgánicos y no orgánicos que se depositen descuidadamente en la orilla. Precisamente cuando muchas personas disfrutan de la noche de fiesta suele ocurrir que algunas de ellas terminen dejando o lanzando botellas de plástico, cristal, maderas y otros elementos de desecho al agua; además, las brisas costeras suelen contribuir a llevar hasta el mar bolsas de plástico, papeles y ,en general, residuos de poco peso.