Imágenes como estas pocas veces se pueden contemplar en un acuario. La vida sigue normal en el Oceanogràfic y la naturaleza se abre paso. El instinto de reproducción se hace presente, los animales buscan perpetuar la especie y cuando llega la primavera los tiburones grises (Carcharinus pumbleum) del Oceanogràfic, 15 en total, (7 machos y 8 hembras) comienzan el cortejo y apareamiento, que en el caso de esta especie tiene unas acciones espectaculares.

El tiburón gris es una de las especies más temibles del mar, aunque no ataca a los humanos. En tiempos de celo, macho y hembra comen muy poco, concentrados como están en la reproducción. El macho, siempre más pequeño y de menos envergadura, persigue tenazmente, agresivamente, a la hembra. Le muerde en la aleta pectoral y con rápidos movimientos la empuja contra paredes y rocas para conseguir una cópula satisfactoria al introducir uno de sus dos tperigopodios en la apertura genital de la hembra.

Le provoca heridas en la piel, mordeduras, rozaduras…. Pero las hembras están preparadas para ello, tienen más grosor que los machos y se recuperan con normalidad.

En estos días de primavera los cuidadores, buzos y acuaristas del Oceanogràfic están viendo numerosas imágenes como las protagonizadas por Azul, el macho, e Inés.

Si todo va bien, puede ser que en diciembre lleguen los partos, con entre una y 15 crías…. cuando, previsiblemente, todo en este mundo habrá vuelto a la normalidad.